domingo, 14 de junio de 2015

La influencia de la colaboración entre México y España en la arquitectura moderna de San Luis Potosí.


por Victor Manuel Gutiérrez Sánchez

En los meses de abril y mayo del 2015 se presentó en nuestra ciudad una extraordinaria exposición titulada La influencia del Exilio Español en la Arquitectura Mexicana, montada por la Universidad Autónoma de San Luis Potosí, bajo la dirección de su curador, el Dr. Juan Ignacio Del Cueto Ruiz-Funes, arquitecto y académico, nacido en México como resultado del mismo exilio al que se refiere la exposición. Integrada por fotografías, documentos, maquetas y video, esta exposición es resultado de la investigación realizada para su tesis doctoral, en la Universidad Politécnica de Cataluña. Ha sido ya presentada en el Museo Nacional de Arquitectura INBA y ha producido también el libro Arquitectos españoles exiliados en México (UNAM, 2014), el cual fue presentado, también recientemente, en la 40 Feria Nacional del Libro UASLP.

En esta interesante muestra, se narra un fenómeno cultural derivado del exilio de un importante número de españoles a consecuencia de la Guerra Civil Española, que estalló en 1936, y que en particular detonó una fuga de talentos en el ámbito arquitectónico a diversos países del mundo. A México, se describe, llegó un grupo de arquitectos de diversas generaciones y que atravesaban también diversos momentos en su carrera profesional en España, pero todos ellos de un gran ímpetu, así como una notable capacidad de adaptación y propuesta, por lo que en nuestro país encontraron un campo fértil para el desempeño profesional en el hacer arquitectónico.

Es importante destacar que en este afortunado encuentro cultural entre México y España, de enriquecimiento mutuo, -a la manera del que Carlos Fuentes expresa en El espejo enterrado (FCE, 1992)-, el contexto jugó también un papel muy importante: era un momento de prosperidad económica en México, con el cual se fortaleció  a la clase media y a la industria e la construcción como producto, entre otras causas, de la explotación del petróleo. Fue el presidente Lázaro Cárdenas quien, a finales de la década de 1930, abre las puertas del país a los exiliados españoles que llegaban a México en rechazo al régimen autoritario franquista.

Estas condiciones de colaboración entre México y España, quienes no sólo compartían el idioma, sino un papel protagónico y propositivo en la arquitectura moderna, se encontraron en un momento en que ésta última gozaba en nuestro país de un auge importante, produciendo una obras de gran calidad, basadas en el racionalismo y el funcionalismo, con figuras como José Villagrán, Mario Pani, Federico Mariscal, Enrique del Moral, Enrique de la Mora, y Augusto H. Álvarez, entre otros que colaboraron con ellos y que se formaron en este momento histórico.

Las difíciles condiciones de vida y laborales, que estrecharon lazos entre los arquitectos, empresarios, calculistas, constructores, académicos y artistas españoles en el destierro, que encontraron en nuestro país un generoso asilo, donde la homologación de título profesional de algunos de los primeros llegados, y la formación de las siguientes generaciones, favoreció su inserción en el mercado mexicano de la industria de la construcción, que en aquellos años gozaba de un importante desarrollo en expansión, no sólo en la Ciudad de México, sino en las diferentes ciudades del país.

Indudablemente, el más conocido de los arquitectos llegados a México como resultado de este proceso, es Felix Candela Outeriño, célebre mundialmente por las estructuras laminares de concreto armado, las cuales construyó vastamente en nuestro país durante las décadas de 1950 y 1960. Lo novedoso del paraboloide hiperbólico, un sistema constructivo con base geométrica que permite transmitir únicamente esfuerzos a compresión, es lo que se conoce también como superficie activa, la cual permite una gran ligereza material y cobertura de grandes claros con formas complejas. Candela, quien se nacionalizara mexicano, las construyó en distintas partes del mundo, pero lo hizo más prolíficamente en nuestro país.

Otros protagonistas de esta historia, como Tomás Bilbao Hospitalet, perteneciente a la primera generación, -y por cierto ascendencia familiar de protagonistas de la arquitectura mexicana contemporánea como Tatiana Bilbao-, han sido organizados por la investigación de Juan Ignacio del Cueto, sistemáticamente, por generaciones, de tal suerte que podemos distinguir entre los arquitectos españoles que llegaron con una carrera consolidada, los que la consolidaron en México, los nacidos y formados en México, etc., así como su vinculación a la formación importantes empresas constructoras de la época como Vías y Obras, Ras-Martín, TASA, y Cubiertas Ala.

Como podrá imaginarse, San Luis Potosí no estuvo exento de esta influencia, al contar con un importante número de familias con ascendencia española, por lo que esta exposición histórica nos ayuda también a comprender mejor el aquí y el ahora de nuestra arquitectura y nuestra ciudad. Tenemos por ejemplo el Cine Avenida, construido entre 1944 y 1847 por el Ing. Javier Vilchis Pliego, por encargo del Sr. José Vilet Ribé, donde el diseño a cargo de Ras-Martin, de Eduardo Robles Piquer y Vicente Martín Hernández, con la colaboración de Cayetano de la Jara, un equipo de diseñadores que venía precedido por un gran prestigio en la construcción de esta tipología arquitectónica, que en ese momento proliferaba en distintos puntos del país, caracterizada por el lenguaje formal del Art Decó europeo.

Probablemente uno de los mejores ejemplos de la colaboración entre arquitectos mexicanos y españoles la encontramos en la dupla formada por Enrique de la Mora y Palomar con Félix Candela , quienes en nuestra ciudad proyectaron el Templo de la Santa Cruz, en el Fracc. Industrial Aviación, en 1965, lo cual devino en recomendación para otros proyectos, como Colegio México (Apostólica), en 1965 y el templo del barrio de Tequisquiapan, en 1966. Estas tres obras de arquitectura religiosa han sido reconocidas por su carácter innovador como una importante contribución a la modernidad arquitectónica. El mismo Enrique de la Mora, sin un dato preciso del nivel de colaboración con Candela, pero una innegable influencia, realizó también otros templos en San Luis Potosí, como el de San Pío X en el Fracc. Himno Nacional y el templo de Jesucristo Sumo y Eterno Sacerdote en el Fracc. Ricardo B. Anaya.

Probablemente estas obras arquitectónicas se encuentren en nuestro barrio, o en nuestro trayecto, y no hemos reparado en ellas, en su riqueza espacial y constructiva, por lo que este artículo es una invitación a apreciarlas.

fuentes de información:
Del Cueto R., J.I. (2010) Presencia del exilio republicano español en la arquitectura mexicana, en vritruvius 119.05, www.vitruvius.com.br 
Villar R., J. (2011) El templo de la Santa Cruz de Enrique de la Mora y Félix Candela en San Luis Potosí”, en ACADEMIA XXII Vol. 2, No. 2 www.journals.unam.mx
Villar R., J. (2011) Nuevas formas y estructuras en la arquitectura religiosa: Enrique de la Mora y Felix Candela en San Luis Potosí”, en 9o Seminario docomomo Brasil www.docomomobsb.org

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