domingo, 27 de diciembre de 2009

Tlacotalpan, Veracruz, una lección de color en la arquitectura mexicana


Por Victor M. Gutiérrez Sánchez

En 1993 cursaba yo el primer año de la carrera de arquitectura, cuando en San Luis Potosí tuvimos el privilegio de la presencia de uno de los protagonistas de la arquitectura mexicana contemporánea, el arquitecto Ricardo Legorreta Vilchis.

En una ilustrativa charla, que tuvo lugar en la Casa de la Cultura -hoy Museo Francisco Cossío-, Legorreta mostró algunas de sus obras recientes, reafirmando la profunda admiración que la mayoría de los arquitectos sentimos ante una trayectoria egregia. Sin embargo, lo que mejor recuerdo de aquella plática fueron algunas imágenes que presentó el conferencista, recomendando a los asistentes visitar y conocer un lugar muy especial, cuya principal característica era el colorido que recubría la arquitectura del lugar, se trataba de Tlacotalpan, Veracruz.

Este año tuve la oportunidad de conocer este pintoresco lugar, cuyo nombre significa “en medio de la tierra”, consiste en un tradicional pueblo a orillas del Rio Papaloapan o Río de las Mariposas y, aunque su configuración actual es de origen virreinal, se sabe que en ese lugar existía un asentamiento prehispánico totonaca. Durante el siglo XVIII, su nombre cambió de San Cristóbal Tlacotalpan a Tlacotalpan de Porfirio Díaz, obteniendo su actual denominación después de la Revolución.

La principal característica de Tlacotalpan es el enorme colorido de la arquitectura de sus fachadas: puertas y ventanas, tejados, pilares y arcos, en una armoniosa imagen urbana. Colores que van del bugambilia, al amarillo, verde mar, azul cobalto, rosa mexicano, violeta, naranja, y una infinidad de colores que, lejos de agobiar, deleitan la mirada de sus habitantes y visitantes. Probablemente esta fue una de las principales razones para que la UNESCO lo declarara Patrimonio Cultural de la Humanidad en 1998.

La competencia multicolor en el decorado de las fachadas de Tlacotalpan, unificada por elementos comunes como los tejados y las arcadas, está caracterizada por la intuición en el uso de combinaciones y tonalidades de colores, en donde el blanco es utilizado en ocasiones como fondo para acentuar la intensidad cromática. Tal es el caso del templo de San Miguel, donde destaca una elegante combinación de blanco ostión con detalles en color lila, o de la parroquia en color azul pizarra.

Originalmente construida en madera, la arquitectura de Tlacotalpan es producto de múltiples eventos históricos, ya que después de un desbordamiento del Papaloapan y de un gran incendio, acaecidos ambos en el siglo XVIII, las especificaciones de construcción municipales establecieron la mampostería como el sistema a utilizar, y que constituye la conformación que podemos apreciar hoy en este fantástico lugar.

En alguna ocasión Legorreta compartía la anécdota de que, después de elogiar y fotografiar alguna combinación interesante –ya que viaja con la curiosidad y la cámara fotográfica distintiva de un arquitecto en constante viaje de exploración-, preguntarle al dueño cual fue el motivo de dicha combinación, propenso como muchos a buscarle explicación a todo, y encontrarse con un simple “porque así me gusta”, y es que como mencionaba anteriormente, en Tlacotalpan no existe una teoría del color, sino una intuición pura y una sensibilidad que se relaciona con las tonalidades del arte y la artesanía de nuestro país.

El colorido también está presente en las tradiciones de este lugar, como la celebración de la Virgen de la Candelaria, y un festival anual de música jarocha, así como en su gastronomía y repostería. Este lugar además cuenta con el orgullo de ser la cuna adoptiva del célebre compositor Agustín Lara.

Al recorrer sus calles de adopasto y piedra, al deleitarse la mirada con las más insólitas combinaciones de color, al caminar por el Callejón del Espanto y disfrutar del silencio neblinoso de este bello pueblo veracruzano, uno vive una experiencia sensorial de una riqueza indescriptible para quien esto escribe. Sólo me queda hacer extensiva la recomendación de visitar este lugar que hacía el arquitecto Legorreta al afirmar “yo voy a Tlacotalpan a aprender del color en la arquitectura mexicana”, recomendación que viene de un autor reconocido internacionalmente por su magistral manejo de este recurso para crear espacios deleitables.

Playa del Carmen, la mejor experiencia de la Riviera Maya


*Por Victor Manuel Gutiérrez Sánchez

Fotografía de Irma Isela Jasso Rivera

Con el crecimiento poblacional más alto del país, y a 45 minutos del primer destino turístico del país en lo referente a visitantes (Cancún recibe a 3.5 millones de turistas al año), se encuentra Playa del Carmen, uno de los mejores lugares para conocer la Riviera Maya. Con el oleaje suave y los variados tonos de azul turquesa que caracterizan al Caribe Mexicano, este es uno de los puntos donde la naturaleza ha sido más generosa con quienes habitan y visitan el lugar.

Es difícil explicar que es lo que hace tan especial a Playa del Carmen, pero posiblemente tenga que ver con el turismo predominantemente europeo, que hace una diferencia muy grande con otros polos de atracción turística en la región.

Una de las experiencias más placenteras las encontrará al caminar por la Quinta Avenida, que muy probablemente sea el lugar que presenta el indicador más alto de gente atractiva por metro cuadrado a nivel mundial, un espacio animado a toda hora, lleno de bares y restaurantes para todos los gustos, además de expendios de artesanías y souvenirs. Una de las características de la imagen urbana de Playa del Carmen es su homogeneidad, ya que en la zona turística no se encuentran edificios de más de cuatro niveles de altura, y con un estilo arquitectónico que pronto es reconocible para el usuario, edificios blancos, con abundante uso de maderas en balcones y terrazas.

Para llegar a Playa del Carmen, la mejor ruta después de llegar al Aeropuerto Internacional Benito Juárez, en Cancún, es tomar un autobús directo a Playa del Carmen, ya que el aeropuerto se encuentra a medio camino entre estos dos lugares. Mucho más económico que hacer escala en Cancún o que tomar un transporte privado para trasladarse, es abordar uno de los autobuses que cada media hora salen del aeropuerto y que lo dejan a uno en la 5ª Avenida, en el corazón de Playa del Carmen, y a unos pasos del Mar Caribe.

Es importante señalar que es una ciudad para caminarse, o para recorrerse en bicicleta, ya que cuenta con los espacios adecuados para ello, y su desarrollo lineal hace que sus visitantes no tengan necesidad de salir de la zona turística para vivir lo mejor que esta ciudad les ofrece.

Por ejemplo, la Capilla de Nuestra Señora del Carmen, de estilo Santa Fe, en plena plaza tiene como fondo el Mar Caribe, y es uno de los pocos lugares donde a unos pasos empiezas a caminar en arena y a disfrutar de la playa, y a la distancia se alcanza a percibir la isla de Cozumel (desde esta plaza parten los ferrys que en menos de una hora lo dejan en la isla).

En esta calle peatonal se encuentran excelentes lugares para disfrutar del jazz y un buen tinto acompañando la cena, o bien, lugares para escuchar rock, como el Kitxen, propiedad de Saúl Hernández donde, si tienen suerte, les puede tocar un palomazo del vocalista del grupo Jaguares y alguno de sus célebres invitados. También está el Yellow Submarine, un bar orientado hacia gustos más clásicos en lo que a rock se refiere. Además de bares y restaurantes que ofrecen música en vivo, tradiciones mexicanas, o los eventos deportivos más emocionantes a nivel mundial.

Además de todo ello, este lugar es de los pocos donde pueden apreciar manifestaciones artísticas de calidad en la región, en pequeñas galerías de fotografía y pintura, como las que se encuentran en la calle Corazón, un callejón de lo más deleitable.

Pero supongo que lo que principalmente busca el turista en este lugar es disfrutar de la playa, así que hablemos de Playa Mamitas, uno de los lugares de mayor tendencia, con música lounge y una de las mejores playas del Caribe, aquí se lucen los mejores bronceados, posiblemente algún desfile de modas o, con suerte alguno de los eventos anuales que tienen lugar en esta playa como el Festival de Jazz de la Riviera Maya, con grandes figuras a nivel nacional e internacional. La sensación de escuchar a figuras del jazz nacional como Sacbé o Aguamala, o internacional como George Benson, en vivo, de noche, sentados en la arena, con la playa como telón de fondo es difícil de describir.

Otra buena ocasión para hacer este viaje es la noche mexicana del 15 de septiembre, con artistas nacionales de buen cartel, al aire libre, acompañado de un impresionante espectáculo de pirotecnia, seguramente el bicentenario será una buena ocasión para visitar este lugar.

Para cenar, se recomienda ampliamente visitar La Bodeguita del Medio, de exquisita cocina cubana, y que es una de las pocas sucursales de este famoso establecimiento fuera de La Habana, la experiencia musical y gastronómica valen la pena. Para los niños, a unos pasos de ahí se encuentra un lugar donde saborear una deliciosa hamburguesa en un establecimiento ambientado en la década de 1960, por lo que la pueden acompañar de una malteada old fashion o de un refresco de cola sabor vainilla o cereza, el lugar se llama Johnny Rockett.

Por si eso fuera poco, por su ubicación geográfica Playa del Carmen es un buen punto para visitar lugares cercanos como la isla de Cozumel, la zona de cenotes, o destinos de ecoturismo como Puerto Morelos, o bien otras paradisíacas playas como la bahía de Akumal. En conclusión, se trata de una experiencia visual, sonora, plena de sabores, difícil de describir, por demás recomendable e inolvidable.

Casa de Niños “Corazón de Misericorida“ anteproyecto arquitectónico


Por Victor Manuel Gutiérrez Sánchez, arquitecto

Para la conceptualización de este proyecto se ha considerado apropiada una analogía con una imagen recurrente del arte sacro, que simboliza el cariño con el que se acoge a los niños que ingresan a la institución, se trata de la Virgen María cargando en sus brazos al Niño Jesús.

Ese mismo abrazo, cálido y protector, es el que ha dado origen al concepto del edificio que albergará las actividades de esta noble institución. Lo anterior deriva en un espacio circundante que “abraza“ a sus habitantes en una composición circular que distribuye en dos alas los dormitorios, generando un patio central que alberga la vida, en este caso representada por el área verde.

El espacio central y jerárquico del conjunto es la capilla, que con su altura y juego de luz nos recuerda que es el elemento central que inspira la actividad de la institución. El crecimiento radial articulado por pasillos, nos permite ventilar e iluminar naturalmente cada uno de los espacios que integran el sistema.

Se ha buscado una expresión cálida por medio del color y las formas, de una lectura clara para sus habitantes, y una sensación de cobijo como premisa fundamental.

Urbanismo y Poder. Una aproximación al nazismo a partir de sus políticas urbanas


Por Victor Manuel Gutiérrez Sánchez, arquitecto.

Introducción.

Con la intención de evidenciar la profunda relación que existe entre la política y el diseño arquitectónico y urbano, el presente texto se divide en dos partes que buscan complementarse y explicarse mutuamente. Inicialmente se establece la base teórica conceptual desde la cual se plantea una aproximación al entendimiento de la relación entre la arquitectura y la política. Posteriormente, un análisis de caso busca aproximarse al Nazismo a partir de la configuración de su espacio público, tal y como se concibió, creó y transformó en un período específico de historia europea (1933-1945). Con ello se pretende reflexionar acerca de la función de la arquitectura y la planeación urbana en procesos políticos históricos, a partir del análisis en torno a políticas públicas urbanísticas o proyectos monumentales, que en este caso puede decirse, funcionaron a favor de políticas opresivas de estado.

I. Marco Teórico Conceptual: espacio, poder y conocimiento.

Para entender esta interacción, conviene referirse a la relación entre el espacio, el poder y el conocimiento (1), establecida por el filosofo francés, Michel Foucault, en donde la parte cognitiva esta referida a la arquitectura, mientras que la política es aquí entendida como el ejercicio del poder y, por su parte, el espacio en su acepción física. Esta interesante interconexión ha llevado a una discusión reciente en la que la arquitectura puede ser analizada como un acto político.

Es por ello que para iniciar la aproximación a los espacios configurados por la ideología nazi, empezare por definir el sistema político en el cual se gestaron.

A partir de una diferenciación básica entre sistemas de gobierno no democráticos, algunos autores distinguen en estos últimos tres esquemas básicos diferenciados que son dictadura, absolutismo y totalitarismo (4).

Si observamos los acontecimientos históricos, podemos ubicar al Nazismo dentro de la categoría de Totalitarismo, en donde el ejercicio del poder es arbitrario y absoluto, sin limites, ya que el ascenso al poder de la figura de Adolf Hitler, máximo líder del Partido Nacional Socialista Alemán, va del autoritarismo al totalitarismo en un periodo relativamente corto de tiempo.

El gobierno nazi ejerció el poder en una combinación de un modelo nacionalista con un modelo socialista, contando con un régimen opresor y fuerte control de las fuentes de información y la cultura. Un partido político que abarco todas las posiciones del Estado, en un sistema del partido único y con el fuerte apoyo -legitimador- de la milicia del partido. Es también conocida la mística basada en personalidades extraordinarias (elites y superhombre) con la que Hitler se constituyó como líder carismático, con apoyo de un amplio sector popular.

La autoridad omnipresente del estado llevó a la consiguiente representatividad absoluta a la que estaban sujetos los ciudadanos. Eso llevo al establecimiento del Imperio –Reich- con una ideología explicita y bien definida, por medio de la cual introdujo la rigidez que le caracterizó. El Nazismo operó bajo una economía autárquica, esto es, en una combinación de nacionalismo y proteccionismo, que derivo mas adelante en la manifestación de las fuerzas más restrictivas del país.

El nacionalismo que fue abanderado y exacerbado por los nazis derivo en los conocidos resultantes de racismo y xenofobia, no solo contra Judíos, también contra Masones, Social Demócratas, Comunistas y Testigos de Jehová. El nacionalismo como ideología política, considera a la nación como centro de la vida política, donde la nacionalidad se justifica constantemente, en este caso por medio de una supuesta supremacía primigenia de la raza aria. Este nuevo orden busca socializar a la población defendiendo la necesidad de una correlación entre unidad nacional y la entidad que organiza la política, y consiste en un proyecto de largo plazo, busca permanecer indefinidamente en el poder, mientras no cambien los mecanismos de coerción o exista presión internacional, como fue el caso.

Hitler gobierna dotando a la nación de un estado propio, inspirado por valores compartidos por la nación, fuertemente apoyado en la identidad, por lo que, al convencer a la comunidad de tener un único origen ancestral, se consigue hegemonía y estabilidad interna en el gobierno, esto es, legitimación.

II. Políticas Públicas antisemitas: Albert Speer, el arquitecto de Hitler.

La política antisemita es evidenciada y ampliamente documentada (Jaskot, 1996), en los planes del arquitecto de Hitler, Albert Speer para la reconstrucción de Berlín. Esta relación entre el líder político y el materializador de sus ideas ha sido también abordada por otros estudios (3).

De acuerdo con la historia, el partido Nacional Socialista llego al poder en 1933, sobre una base propagandística anticomunista y antisemita, de tal forma que a finales de la década de los 30, Berlín era el centro del estado y de las políticas urbanísticas del partido, de ahí el interés de Hitler en consolidar esta capital mediante el nombramiento de Speer como Inspector General de Construcción para la capital del Reich en Berlín, teniendo a su cargo las políticas públicas encaminadas a la planeación urbana, las cuales fueron integradas en un plan urbanístico anunciado en 1938.

Cada uno de estos elementos del Plan estaba destinado a simbolizar el poder dominante y a su instrumento ideológico la identidad nacional, de modo que, por ejemplo, el eje norte-sur estaba proyectado para funcionar como un boulevard ceremonial del Nuevo Berlín.

La realización de este plan estaba basado en las atribuciones que la Inspección General de Construcción (GBI por sus siglas) entre las que destacaba regular toda la actividad política, social y económica conforme a los intereses de organización de la ciudad.

Los monumentos dispuestos con majestuosidad en el recorrido lineal integraban el plan visualmente, especialmente la Torre sede del Ejercito, que con su verticalidad establecía una declaración visual simbólica contundente. El plan incluía un Arco del triunfo, de reconocido significado simbólico de triunfo marcial.

Como puede apreciarse, el interés de Adolf Hitler en el rediseño de Berlín, era principalmente paradigmático de los esquemas del partido, para proyectar sus objetivos ideológicos a través de la forma visual. Como muestra, basta recordar la frase de Hitler para describir el efecto buscado en la arquitectura nazi: “la palabra en la piedra” (2). Esta materialización ideológica puede comprenderse en tres componentes clave, a saber, la escala masiva del plan, una iconografía basada en formas neoclásicas y una cierta elección de materiales.

Al utilizar elementos grecolatinos, se buscaba crear una iconografía del prestigio, esto es, promover una conexión ideológica con las instituciones políticas y sociales clásicas. Esta imagen era reforzada por medio del carácter de indestructible o permanente de la construcción en piedra.

Al respecto narra Speer en sus memorias, para aclarar que no había tal cosa como un Estilo del Führer, que la arquitectura oficial del Reich era un neoclasicismo alterado, exagerado y algunas veces distorsionado en forma caprichosa. Hitler apreciaba las cualidades permanentes del estilo clásico porque creía encontrar puntos de relación entre los griegos y su propio mundo germánico. (2).

Los diseños de Speer para su líder y su partido estuvieron sujetos a mistificaciones ideológicas extremas, el antisemitismo en la forma arquitectónica en general y en la planeación urbana en lo particular, llego a extremos totalitarios.

Obedeciendo a sus propias metas administrativas y culturales, así como a obvias ambiciones constructivas, los planes monumentales de Speer para la reconstrucción de Berlín, integraron la creación e implementación de una política de estado contra los judíos berlineses. (2).

Específicamente, abordaré el tema de la política habitacional. Ante la insuficiencia de viviendas, Speer implemento políticas de exclusión de los Judíos en relación a los derechos de propiedad, una estrategia que resultaría crucial para su eventual concentración y deportación.

No es objetivo del presente análisis profundizar en el dilema moral de la culpabilidad de Speer, sino mostrar como la operación de la GBI refleja las políticas criminales antisemitas en forma independiente pero colectiva con otros intereses políticos de estado, al mismo tiempo identificar como esas políticas antisemitas dieron lugar a políticas públicas urbanas, comprendiendo a sus agentes activos como sujetos, tanto de limitaciones coyunturales como de oportunidades estructurales. No pretendo abundar en la caracterización de Speer como un arquitecto que reaccionó en forma oportunista a la estructura política y al sistema económico en el que operaba (Smith). (2).

Al analizar el complejo proceso de toma de decisiones en el interior del estado Nazi, uno se encuentra con que muchas de las severas políticas contra los judíos obedecían también a intereses individuales y de grupo dentro del desarrollo sistémico y económico de la Alemania Nazi, y las políticas públicas con respecto a la propiedad inmobiliaria habitacional no son la excepción.

Speer desarrollo hábilmente una estrategia para agendar una legislación sobre propiedad inmobiliaria, con la aparente intención de crear vivienda sustituta para los desplazados. Entre sus atribuciones se encontraba la adquisición de propiedades en sitios considerados importantes para los esfuerzos de reconstrucción, por lo que protegido por Hitler e independiente de otras administraciones gubernamentales, la GBI actuaba en autonomía ejecutiva.

El transfondo de esta política era desproveer a los judíos de sus derechos de propiedad durante la guerra. El proceso que culminó con la ejecución de millones de judíos en 1938, estuvo precedido por la suspensión total de sus derechos políticos, económicos y sociales, al desalojarlos de sus viviendas, hacinándolos en bloques cerrados de pequeñas viviendas en forma de ghetto.

Speer cabildeó su estrategia basado en el siguiente razonamiento: construir viviendas precarias para judíos costaría RM 25 millones, mientras que la vivienda requerida para arios requeriría de RM 65 millones, por lo que el ahorro al estado seria de RM 40 millones. El éxito de la propuesta de Speer estaba basada en el antisemitismo exacerbado de la Alemania Nazi, y evidencia la habilidad de la GBI para tomar ventaja de las políticas públicas operantes.

Como se menciono anteriormente, la GBI no solo ejecutaba las políticas sino que influía en su formulación (2). En 1941 Speer ordenó la evacuación de 5,000 apartamentos de judíos, enviando a sus ocupantes no a su hacinamiento sino a su ejecución en los campos de concentración, la mas brutal política antisemita.

No es de extrañar entonces que, después de 1942, Hitler nombró a Speer Ministro de Armamento. Tampoco resulta extraño que el arquitecto haya sido juzgado en los Tribunales de Nuremberg, por considerarlo coludido con las mas criminales instituciones de la Alemania Nazi.

Conclusión.

Por medio de este dramático ejemplo, en el cual se busca evidenciar la función política que la arquitectura nazi tuvo en la destrucción de los judíos, busco trascender a la visión institucionalizada de que la cultura, aunque importante, es secundaria para la evolución seria de las condiciones políticas y económicas. (2), al afirmar que Speer y su equipo formularon políticas públicas antisemitas enfocadas a concretar aspectos claves de la planeación urbano arquitectónica, la cual contribuyo al desarrollo de medidas que derivaron en la destrucción étnica masiva.

Independientemente de la valoración moral, que no es objeto de este estudio, se pretende iniciar un proceso de análisis aplicable a diversas circunstancias histórico políticas, con la intención de buscar comprender cada vez más la relación planteada entre el conocimiento, el poder y el espacio.

Referencias Bibliográficas.

1. FOUCAULT, Michel (1998) Space, Knowledge and Power. Publicado en Architecture Theory since 1968, MIT Press, Cambridge, pp. 428-439

2. JASKOT, Paul B. (1996) Anti-Semitic Policy in Albert Speer’s Plans for the Rebuilding of Berlin. Publicado en The Art Bulletin, Vol. 78, No. 4. Pp. 622-632. http://www.jstor.org/stable/3046211, accesado 20/05/08

3. MILLER Lane, Barbara (1986) Architects in Power: Politics and Ideology in the work of Ernst May and Albert Speer. Publicado en Journal of Interdisciplinary History, Vol. 17, No. 1. http://www.jstor.org/stable/204134, accesado 20/05/08.

4. URIARTE, Edurne (2002) Introducción a la Ciencia Política. Tecnos, Madrid, pp.139-158

El Partido Socialdemócrata y su evolución hacia un partido de todos (In Memoriam)


Por Victor Manuel Gutiérrez Sánchez*

*Maestría en Asuntos Políticos y Políticas Públicas en El Colegio de San Luis, A.C.

Introducción.

A continuación se analiza el estado del arte en torno a la socialdemocracia en las últimas dos décadas a nivel internacional, con la intención de comprender la presencia de esta ideología a nivel nacional y estatal, en la forma del Partido Socialdemócrata (PSD). Por lo tanto este trabajo se presenta en dos partes, una referente a la evolución y dilemas de la socialdemocracia a nivel mundial, y otra enfocada a la estructura política contemporánea y local específica del PSD, aclarando que esta distinción se hace con fines analíticos, y que este partido no es exclusivo de la influencia de esta ideología política conocida como socialdemocracia.

En una época en que la representatividad de la sociedad de los partidos está en tela de juicio, se analiza la manera en que algunos de ellos se transforman en la búsqueda de un discurso que los refuerce, buscando en la profundidad de sus raíces ideológicas (PRI), otros buscan en su identidad un vínculo con la izquierda internacional, aglutinando corrientes ideológicas diversas de la izquierda en nuestro país (PRD), y otros asumen de manera más directa los ideales de la socialdemocracia, aunque todavía en una fase incipiente de consolidación electoral (PSD).

Lo que resulta apreciable, es el hecho que algunos autores señalan de que los partidos políticos hoy como nunca son fuertes en las democracias, pero sufren de un divorcio con los ciudadanos (Martínez, 2009: 40), lo cual nos lleva a reconsiderar el grado de representación que como ciudadanos podemos esperar de ellos.

Partido de todos o atrapa-todos

Con estos antecedentes se busca plantear las preguntas que dan lugar al presente ensayo, y son ¿El partido socialdemócrata de México se está transformando de un partido de todos (catch-all party) en su estrategia y plataformas electorales actuales? ¿Qué papel juega el PSD en la socialdemocracia internacional y latinoamericana? ¿cuáles son sus perspectivas en las elecciones intermedias en puerta a nivel nacional y local?

Dado que se pretenden explicar las condiciones que han dado lugar a la evolución contemporánea del partido socialdemócrata de México en lo que los politólogos estudiosos de los partidos han observado como el paso del partido de masas, altamente ideologizado, hacia un partido de todos a partir de un incremento en el pragmatismo funcional, conviene enlistar las características del partido catch-all en la categorización de Katz y Meir (2004)

· Surge de la posguerra europea

· Su grado de inclusión socio-política es correlativo al sufragio universal

· Tiene un nivel menos concentrado de distribución de los recursos políticos relevantes

· Entre sus principales objetivos importantes de la política destaca la mejora social

· La base de la competición partidista es la efectividad política

· Tiene un modelo electoral competitivo

· La naturaleza del trabajo de partido y de la campaña es intensivo en capital y en trabajo

· Su fuente principal de recursos son las contribuciones provenientes de numerosas fuentes

· Las relaciones entre afiliados y élite del partido es de arriba abajo; los militantes son animadores organizados de las élites

· El carácter de su militancia es abierta a todos (heterogénea) e incentivada; la pertenencia es marginal en la identidad del individuo

· En lo referente a los canales de comunicación, el partido compite por los canales no partidistas de comunicación

· La posición del partido entra la sociedad civil y el Estado, puede definirse por la competencia en la intermediación

· Su estilo de representación es empresarial

En este punto, se recurre a Kirchheimer como un autor fundamental en la explicación del partido de todos, para quien el fracaso de los partidos proletarios de masas en la integración en el sistema político reconocido, y el fracaso de los partidos burgueses en la revolución hacia partidos de integración se condicionan mutuamente (Kirchheimer, 1980: 329). Esta idea se refuerza en Pzeworski, que señala que La organización de la política sobre la base de las clases no es inevitable, no obstante que la posición de clase estructura la experiencia diaria del individuo, genera un determinado tipo de conocimiento, dota a las gentes de unos determinados intereses y, bajo determinadas circunstancias, puede incluso evocar un sentimiento de similitud de algo que se comparte, no obstante, nos dice, los líderes de los partidos de clase se ven obligados a elegir entre un partido homogéneo en su atractivo de clase pero condenado a perpetuas derrotas electorales o un partido que lucha por la victoria electoral a costa de diluir su orientación de clase (Przeworski, 1988: 118-21)

Para Kirchheimer, el partido de todos es el partido de integración por definición, nacido en una época de diferencias de clase más profundas y de estructuras confesionales más claramente reconocibles, se transforma en un auténtico partido popular, en un partido de todo el mundo (catch-all party), para lo cual renuncia a los intentos de incorporar moral y espiritualmente a las masas y dirige su atención ante todo hacia el electorado; sacrifica, por tanto, una penetración ideológica más profunda a una irradiación más amplia y a un éxito electoral más rápido (Kirchheimer, 1980: 331) Lo anterior puede ilustrarse al revisar los estatutos del partido socialdemócrata de México, enunciados en términos tan generales como:

Quienes constituimos el Partido Socialdemócrata creemos en las instituciones de la democracia, en su eficacia y en su papel como garantes de la pluralidad y de la convivencia colectiva, en la legalidad y sus instrumentos, así como en las vías pacíficas para el cambio social, por lo que manifestamos nuestra adhesión y compromiso con ellas. (Partido Socialdemócrata, 2009: 1-2 Estatutos)

Kirchheimer reconoce tres etapas en el proceso de transformación de los partidos de base clasista, donde el estadío actual, más o menos avanzado, es en el que los partidos intentan alcanzar todas las partes de la población, y algunos pretenden aún mantener firmemente ligado su electorado particular, la clase trabajadora en este caso, y al mismo tiempo incorporar otras capas de electores (Kirchheimer, 1980: 331). Para Przeworski, por su parte, los socialdemócratas no han sido capaces de convertir las elecciones en un instrumento de transformación socialista. Para este autor, lo que los partidos socialdemócratas están obligados a hacer para ser eficaces en las elecciones es buscar aliados que se unan a los obreros bajo la bandera del socialismo, pero a la vez minan esa ideología que es la fuente de su fuerza entre los trabajadores. Como este autor establece, no pueden seguir siendo un partido exclusivamente obrero, pero no pueden dejar de ser un partido obrero (Przeworski, 1988: 41). Otro autor que se ha ocupado de ello es Denitch, para quien el control social democrático de la economía y el sistema financiero debe incluir también inevitablemente el uso de un Estado democráticamente controlado con una administración controlada popularmente y responsable (Denitch, 2000: 43) El proyecto socialista de avanzar hacia una nueva civilización humana ha de estar inspirado y permeado por el feminismo moderno y ser socialmente responsable, anti-elitista y ecológico. Esta transformación puede verse en la generalidad con que se plantean temas con poca posibilidad de debate, es decir, sobre los que existe un consenso generalizado por considerarse políticamente correctos:

El nuestro, es un partido defensor de los derechos inalienables de la persona, de los derechos civiles, políticos y sociales, así como de los derechos a la diferencia y a un desarrollo sustentable. (Partido Socialdemócrata, 2009: 1-2 Estatutos)

Como se puede ver, este planteamiento ayuda a analizar las transformaciones que el partido socialdemócrata viene presentando, en la forma de una mayor apertura hacia su militancia y electorado, y es que, como señala el autor, la tradición y la estructura tanto social como profesional pueden poner límites a la irradiación de un partido o abrirles capas potenciales de electorales, donde pequeñas diferencias entre las aspiraciones de distintos grupos, por ejemplo entre empleados y trabajadores, pueden ser salvadas si se pone el acento especialmente en aquellos puntos del programa que favorecen a ambos (Kirchheimer, 1980: 332)

Asumimos la identidad política e ideológica de la socialdemocracia y reconocemos en ella la mejor expresión de la izquierda democrática, cuyos principios y propuestas programáticas han significado, en otras sociedades, la posibilidad y la vía más eficaz para la construcción de un piso común de igualdad y mayor bienestar social; así como la garantía de los derechos y las libertades de las personas y las minorías, en el marco de un desarrollo económico competitivo, sostenido y sustentable. Representa, por lo tanto, una izquierda de valores, solidaria y democrática, conforme a los principios de justicia social y libertad inherentes a la tradición socialdemócrata, como la alternativa de cambio para el México del siglo XXI. (Partido Socialdemócrata, 2009: 1-2 Estatutos)

Aunque Kirchheimer establece que, por regla general, sólo los partidos grandes pueden convertirse con éxito en partidos de todo el mundo, el mismo autor define una serie de condiciones que deben cumplir los partidos para convertirse en partido de todo el mundo actualmente:

a) Posponer de modo radical los componentes ideológicos del partido

b) Mayor fortalecimiento de los políticos situados en la cumbre del partido

c) Desvalorización del papel del miembro individual

d) Rechazo de un electorado de base confesional o clasista

e) Esfuerzo por establecer lazos con los más diferentes grupos de interés (Kirchheimer, 1980: 334-7)

Más adelante señala que un partido puede beneficiarse de las decisiones impopulares de sus adversarios, pero tal beneficio es con más frecuencia un subproducto del desarrollo político que el resultado de un duelo entre gobierno y oposición, con papeles y decisiones claramente distribuidos (Kirchheimer, 1980: 343), lo cual puede ejemplificarse en el carácter denunciatorio de la siguiente parte de los estatutos:

El Partido Socialdemócrata somos un partido político que ha nacido con una intención esencial: actuar en el espacio público a través de la movilización social, la participación electoral y la elaboración de propuestas programáticas y de políticas públicas, para enfrentar al más importante y viejo problema de México: la desigualdad persistente. (Partido Socialdemócrata, 2009: 1-2 Estatutos)

Para la socialdemocracia tradicional europea, la participación electoral se basaba en la creencia de que la democracia no sólo es necesaria sino que es suficiente para alcanzar el socialismo (Przeworski, 1988: 27), como puede verse:

La estructura orgánica del Partido está basada en los principios y métodos democráticos, que reconocen el principio de la mayoría y el respeto de los derechos de las minorías y las personas. (Partido Socialdemócrata, 2009: 15, Cap VI, Art. 29 Estatutos)

Dentro de la visión del mundo socialdemócrata reforma y revolución no requieren una elección. Para que tenga lugar la “revolución social“, dice Przeworski, es suficiente el camino de las reformas…cuantas más reformas y más rápidamente se introduzcan, más cerca estará la revolución social, buscando mitigar los efectos del capitalismo e ir transformándolo pieza por pieza terminaría conduciendo a una total reestructuración de la sociedad (Przeworski, 1988: 43)

Esos compromisos se complementan con los valores de la igualdad social, la redistribución de la riqueza, la revalorización del trabajo urbano y rural, el respeto a las identidades indígenas que se ajuste a un orden constitucional legítimo, la igualdad entre mujeres y hombres, los reclamos ambientalistas, la defensa de los derechos y la dignidad de los migrantes, la lucha contra la discriminación, la tutela de los derechos de las minorías, la procuración de una inserción global equilibrada de México en el mundo, la generación de derechos de bienestar para todos los ciudadanos y la defensa local de los derechos humanos. (Partido Socialdemócrata, 2009: 1-2 Estatutos)

Como puede verse, en palabras de Przeworski, no es el proletariado el que se está organizando y formando una clase: son toda una serie de gentes diversas, algunas de las cuales están excluidas del sistema de producción (Przeworski, 1988: 108), Para autores como Denitch, no cabe duda que un público importante para el renacimiento de la política socialdemócrata amplia de izquierda es el de las mujeres (Denitch, 2000: 17)

Para Przeworski, la identidad colectiva, la solidaridad de grupo, y el compromiso político se van forjando de manera continuada –toman forma, se destruyen, se vuelven a modelar- como resultado de conflictos en cuyo curso partidos políticos, escuelas, sindicatos, iglesias, periódicos, ejércitos y corporaciones luchan para imponer a las masas una determinada imagen de sociedad (Przeworski, 1988: 117)

La división de la sociedad en clases no da por resultado obligatorio la organización de la política sobre la base de las clases (Przeworski, 1988: 118). Como señala de manera acertada un analista político “No puedes gobernar contra el dinero, le tienes que poner reglas, eso sí“ (Curzio, 2009), y es que, como señala Denitch, los apologistas del sistema capitalista hablan como si éste fuera indispensable y, de hecho, la única vía para la transición de los antiguos sistemas autoritarios monopartidistas hacia la democracia estable, y es que, a decir de Denitch, el viejo debate sobre las perspectivas del socialismo y el capitalismo ha dado un giro radical después del otoño de 1989 cuando el socialismo, o más bien la caricatura grotesca que de él existió con los regímenes del Partido Comunista, implosionó (Denitch, 2000: 7-8), y el socialismo no consiste en otra cosa actualmente que en el empleo total, la igualdad, y la eficiencia (Przeworski, 1988: 273). Para otros autores como Aguirre, esta muy claro que por competitividad la socialdemocracia debe dejar de lado posturas ideológicas entre los estatal y lo privado, y desplazarse a un plano objetivo donde lo primordial sea crear las condiciones necesarias para el crecimiento sostenido de la economía (Aguirre, 2001: 87)

La socialdemocracia en América Latina y en México.

La socialdemocracia llega a América Latina a raíz de la ºola democratizadora“ dando lugar al surgimiento de un buen número de partidos políticos y organizaciones. Algunos teóricos de la socialdemocracia en nuestro país, declaran que los partidos socialdemócratas latinoamericanos trabajan para instituir una tercera vía que represente una alternativa transformadora diferente, capaz de superar fracasos de gobiernos guiados por el nacional-populismo y el neoliberalismo. Lo que se propone es una estrategia de reconstrucción económica y social de naciones latinoamericanas con una perspectiva humanista contra los desenfrenos y abusos del capitalismo de libre mercado, recetas del Fondo Monetario Internacional, aunque con claras distancias con los desastrosos equívocos del populismo y voluntarismo de la izquierda tradicional (Aguirre, 2001: 83)

La viabilidad de la socialdemocracia en América Latina ha sido cuestionada fuertemente por autores como Touraine, para quien esta propuesta de aplicación es incongruente, ya que la socialdemocracia se define por la predominancia de la categoría social sobre la categoría política, y la vida política en América Latina se define por la preeminencia de las categorías políticas sobre las sociales (Touraine citado en Aguirre, 2001: 85). Por su parte, Pinto señala que la socialdemocracia surge en sociedades de clases integradas en relaciones de producción características de una sociedad industrial, mientras que en América Latina, por el contrario, hablamos de sociedades débilmente estructuradas, con muy poca heterogeneidad estructural (Pinto citado en Aguirre, 2001: 85)

La realidad es que, como señala Aguirre, la socialdemocracia ha pasado sin éxito en América Latina en lograr sociedades justas contra populismo y corrupción generalizada, obligados a asumir políticas neoliberales (Aguirre, 2001: 87). Los mandatarios de ideología socialdemócrata expresa como Alan García (Perú); Carlos Andrés Pérez (Venezuela); Fernando Henrique Cardoso (Brasil); Fernando de la Rúa (Argentina); y Lagos (Chile), no han logrado consolidar un régimen de largo plazo en sus respectivos países, ya que en la mayoría de los casos, sus administraciones han sido cuestionadas y castigadas con la alternancia opositora. La presencia en la Sección latinoamericana de la Internacional Socialista de nuestro país se concreta a la incorporación, desde 1996 y a iniciativa de Porfirio Muñoz Ledo, del PRD partido miembro de pleno derecho, y del PRI partido consultivo, Si bien la Internacional Socialista es sin duda la organización más importante de la socialdemocracia, no detenta de ninguna manera un monopolio de las iniciativas y de los partidos socialdemócratas. Hay, para empezar, una serie de partidos que son estatistas, como el PRI en México…que a veces se presenta como la “socialdemocracia realmente existente“. Denitch difiere de la opinión de que el Partido Demócrata en Estados Unidos sea un partido socialdemócrata; lo más que se puede decir, observa, es que las fuerzas socialdemócratas en Estado Unidos, incluido el movimiento obrero, trabajan dentro del marco del Partido Demócrata (Denitch, 2000: 23-5)

La respuesta parece estar en la responsabilidad frente a los asuntos del desarrollo, acumulación, crecimiento económico, redistribución del ingreso y políticas de bienestar, que son los temas estratégicos donde se debe distinguir a la socialdemocracia de las corrientes neoconservadoras y neoliberales (Aguirre, 2001: 87)

Para Aguirre, la división de responsabilidades entre estado y mercado no debe discutirse como una cuestión de principios sino de instrumentos, es por ello que se debe hallar un mejor camino para la prosperidad y la justicia social, el tema central que dará sentido a la socialdemocracia será definir alcances y límites del Estado (Aguirre, 2001: 88)

En América Latina, observa este autor, la alternativa socialdemócrata debe constituir ante todo un proyecto integrador que reafirme la cohesión social y la identidad nacional, rompiendo barreras impuestas por pobreza, desempleo, falta de oportunidades y cualquier otra manifestación que suponga procesos de exclusión, de marginalidad y de segmentación en nuestra sociedad. Es inminente la necesidad en México de una opción política de centroizquierda capaz de competir efectivamente por el poder, de 52 organizaciones que informaron al IFE su intención en 2001 de registrarse para competir en los comicios federales del 2003, 6 eran de expresa orientación socialdemócrata (Aguirre, 2001: 96-9)

Nuevos partidos socialdemócratas, como Democracia Social que participó en 2000 elecciones federales, en la figura de Gilberto Rincón Gallardo, integran una serie de preocupaciones como la exclusión social, grupos marginados, sistema institucional democrático eficaz, nuevo espacio público para la sociedad mexicana, así como una inserción equilibrada de México en el mundo. Convergencia por la Democracia, encabeza la tesis de la socialdemocracia renovada moderna, fundada en necesidades concretas de la sociedad mexicana: medidas para la superación de la pobreza, rescate del campo, mejoramiento de las condiciones de vida de la población, una reforma laboral equitativa, reforma democrática del estado de largo alcance, y en general superar la marginación (Aguirre, 2001: 102)

El Partido Socialdemócrata, hasta 2008 conocido como Alternativa Socialdemócrata, Partido Político Nacional y hasta 2007 Alternativa Socialdemócrata y Campesina, es un partido político mexicano fundado en 2006 y que participó por primera vez en las elecciones de 2006. El partido tiene una ideología de izquierda en el ámbito social (lo que ellos llaman "Nueva izquierda") y, como su nombre lo dice, de socialdemocracia, sin embargo sus miembros se declaran defensores de una política de libre mercado con sentido social dentro de la globalización, ideología propia del liberalismo. Sin embargo, basa sus propuestas en temas polémicos: la concesión de derechos a los homosexuales; la legalización de la muerte asistida, el aborto y las drogas. También se pronuncia por las energías limpias, entre otras medidas para la protección del medio ambiente y los derechos de las minorías. En su plataforma ideológica, los temas fundamentales son el papel del Estado en la economía, el perfil de las nuevas políticas sociales, el perfeccionamiento del régimen democrático, políticas concretas de beneficio para los diversos sectores sociales (Aguirre, 2001: 105)

El escenario local del Partido Socialdemócrata

Aunado al hecho de que la ideología socialdemócrata está fuertemente impregnada en el discurso del candidato PRD-PT a la gobernatura de San Luis Potosí, Juan Ramiro Robledo, el PSD es uno de los partidos, junto con el PVEM, que participan en coalición con el PRI en la figura de Fernando Toranzo. Para valorar la dimensión de la posible influencia que este partido político pudiera tener en las próximas elecciones, conviene analizar los resultados de los comicios federales de 2006. En la elección de Presidente de los Estados Unidos Mexicanos, el Partido Alternativa Socialdemócrata obtuvo 1,128,850 votos, un 2.70 % de la votación total, en el Estado de San Luis Potosí, 23648, un 2.48 % del total de la votación, obteniendo la mayoría de esos votos en los distritos correspondientes a los municipios de San Luis Potosí y Soledad de Graciano Sánchez (IFE. 2006)

La siguiente fuerza después de los tres partidos mayoritarios PAN (35.89%), PRD-PT-Convergencia (35.31%) y PRI-PVEM (22.26 %), el siguiente después de Alternativa Socialdemócrata es el PANAL (0.96%), cabe señalar que entre votos nulos y votos por candidatos no registrados se tiene un 2.87 % y que la elección referida contó con un porcentaje de participación ciudadana del 58.55 % del total de la lista nominal (IFE, 2006)

En la Elección de Senadores por el principio de Mayoría Relativa, en las mismas elecciones, el partido Alternativa Socialdemócrata obtuvo el 1.90 % de la votación total (787,425 votos), de la cual en San Luis Potosí obtuvo el 1.51% con 14,231 votos, los cuales se concentraron una vez más en los distritos comprendidos en los municipios de San Luis Potosí y Soledad de Graciano Sánchez, obteniendo la mas baja votación en el distrito que comprende el municipio de Rioverde (0.68%) RP 795,730

En la Elección de Diputados por el principio de representación proporcional, el resultado de la votación otorgó al Partido Alternativa Socialdemócrata el 2.05 % de la misma, de la cual obtuvo el 1.56 % en la entidad federativa de San Luis Potosí, repitiendo las tendencias de la elección de Senadores en lo referente a mayor y menor concentración por distritos (IFE, 2006)

En todos los casos, el rango de porcentajes de votación por el Partido Socialdemócrata osciló en el rango del 0-10 % de la votación nacional por este partido que fue de 850,989. El escenario en el futuro inmediato es alentador para este partido, ya que en una reciente encuesta, se señala que los 4 partidos autoclasificados de izquierda (PRD, PT, CONVERGENCIA y PSD) en mayo de 2009 acumulan 22 puntos porcentuales. En la preferencia partidista, el porcentaje que votaría por el PSD se incrementó en un 0.4 % entre diciembre 2008 y mayo 2009, pasando de 31.9 a 32.3 La preferencia para diputado federal en mayo 2009 ubica al PSD en último lugar con 0.7 de preferencia efectiva (Mitofsky, 2009)

Hoy que los partidos políticos parecen estar más alejados que nunca de los ciudadanos, y que estos últimos amenazan con votar en blanco –en un ensayo de lucidez, como lo presenta Saramago–, debido a ejercicios de poder alejados del bien y del sentido comunes, una alternativa que ubica el bienestar social del ciudadano resulta, por lo menos, digna de analizarse.

Bibliografía

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9. MITOFSKY (2009) Reporte de Consulta, mayo 2009, www.consulta.com.mx accesado el 15 de mayo 2009.

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12. SARAMAGO, José (2007) Ensayo sobre la lucidez. Punto de lectura, México, D.F. 383 p.

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Que es la Teoría de la Modernización?


Por Victor Manuel Gutiérrez Sánchez

El presente ensayo busca reflexionar en torno a la teoría de la modernización y a su posible aplicabilidad para analizar a la sociedad contemporánea. La intención es comprender las transformaciones recientes que ésta última ha venido experimentando desde una perspectiva del contexto internacional amplio, sin perder de vista que las condiciones socioeconómicas imprimen a la realidad actual características particulares que, no obstante, pueden visualizarse desde un enfoque comparativo para su mejor interpretación.

Se entiende por teoría de la modernización al conjunto disertaciones teórico filosóficas que buscan explicar la evolución histórica del mundo fundadas en la idea del progreso humano. Con ello se busca dar cuenta, no sólo del transcurso de tiempo recorrido por la humanidad en su conjunto, sino de las características que en particular una nación o región presentan en un momento dado, las cuales pueden ser valoradas comparativamente.

Básicamente, las sociedades modernas se definen por haber pasado de un estadio supervivencial, con desequilibrios e insuficiencias en las satisfacciones más primordiales de buena parte de su población, a uno industrializado. Este último, caracterizado por la acumulación del capital y la explosión demográfica y urbana en torno a los centros de trabajo, ha evolucionado hacia un conjunto de condicionantes definidas por la amplia satisfacción de necesidades materiales y el paso hacia aspiraciones más de tipo espiritual de los individuos, en lo que se ha dado en llamar como sociedades post-industriales.

La reconfiguración de valores tradicionales y sistemas de creencias, es una de las principales condiciones del cambio de estadio, y está relacionada estrechamente con el desarrollo socioeconómico, idea central como variable explicatoria de la modernización, la cual provoca cambios en la cultura y la vida política, debido a los efectos emancipatorios que algunos autores han demostrado.

Uno de los autores que se ha ocupado del tema es el norteamericano Roland Inglehart, para quien uno de los principales indicadores de la modernidad se encuentra en el inherente cambio de valores. Este politólogo de la Universidad de Michigan, dirige el World Values Survey, una organización internacional encargada del monitoreo de este importante indicador, que suministra fundamentos para la generación, actualización y confrontación de conocimiento en torno a la teoría de la modernización a partir de los valores que asumen colectiva e individualmente las personas.

Algunos críticos de la teoría de la modernización, como Immanuel Wallerstein, cuestionan la linealidad del proceso, negándose a aceptar el atraso o subdesarrollo de algunas naciones, las cuales son presentadas más bien como producto de un sometimiento por parte de las naciones más poderosas, lo cual se explica en la teoría de la dependencia, donde se analizan las condiciones macro estructurales de pobreza y explotación de los países en desarrollo.

El paso de sociedades industriales a sociedades postindustriales implica, además del aseguramiento de la supervivencia y las necesidades más trascendentales, la adquisición de nuevos valores, como la creatividad, encaminados a la auto-expresión de la individualidad. Además, colectivamente estamos hablando en lo colectivo de la transición de la relación comunitaria a la relación asociacional.

La seguridad existencial, esto es, la autonomía ideológica, económica y social, refuerza la individualidad, que no individualismo, conlleva el surgimiento de la sociedad del conocimiento, donde se privilegia elección y emancipación. No obstante, el cambio en los valores se da progresiva y acumulativamente, es un proceso que tiene que ver con el aprendizaje de nuevos valores, que tardan en demostrar su trascendencia, y aún más en institucionalizarse, excepto en casos de eventos extraordinarios que aceleran el proceso.

Una de las principales reflexiones que se despiertan en torno a esta teoría, tiene que ver con la diferencia con que muchas naciones acuden a la cita con la modernidad, ya que, mientras que algunas se ocupan de valores trascendentales post-materialistas, para muchas la resolución de los requerimientos fundamentales es aún un asunto pendiente.

En ocasiones la modernidad se explica por medio de opuestos, que surgen como reacciones a los principales estandartes de la modernidad, por ejemplo, la reacción del regionalismo contra la globalización. Otras veces se manifiesta en una sociedad cada vez más informada y demandante de democracia y rendición de cuentas. En todo caso, lo menos que podemos hacer es estar alerta de los cambios que se presentan a nuestro alrededor y que definen nuestro lugar en la historia de la humanidad.

INGLEHART, R., Welzel, Ch. (2005). Modernization, cultural change and democracy. The human development sequence. Cambridge University Press. Cambridge, pp. 15-47

INGLEHART, Roland; y Welzel, Christian (2009) “How Development Leads to Democracy. What We Know About Modernization“, Foreign Affairs, Volume 88, No. 2 March/April 2009, pp. 33-48