viernes, 3 de septiembre de 2010

Como leer (la ciudad) en bicicleta


Por Victor Manuel Gutiérrez Sánchez

Pasear en bicicleta por nuestra ciudad, recorrer las calles generalmente atestadas de tráfico generado por el exceso de coches y camiones, es una estimulante experiencia que, desgraciadamente, está reservada a cuatro horas semanales en fin de semana. Para algunos conductores sin remedio este tiempo resulta una eternidad, y no se explican a quién se le ocurrió “cerrarle“ el paso por una calle a “su majestad“ el automóvil.

El título de este artículo es un homenaje al libro de Gabriel Zaid, “Como leer en bicicleta“(1975), que se parafrasea para plantear que recorrer la ciudad, ya sea en bicicleta, caminando, en coche o en transporte público, es una manera de “leerla“ y que la mayoría de los ciudadanos no se da la oportunidad de hacerlo en medios no motorizados como pueden ser la bicicleta, patineta, patines, o simplemente caminando o trotando.

De esta manera, la ciudad se nos presenta como una oportunidad de apreciarla en detalles que no nos permite la dinámica rutinaria de nuestras ocupaciones. En compañía de la familia, amigos y hasta mascotas, podemos apreciar los edificios y sus historias, los árboles y sus sombras, viviendo en suma la ciudad de otra manera.

Esta idea del ciclismo recreativo no es nueva, en muchos países se viene promoviendo desde hace años una cultura de la movilidad urbana, generalmente por medio de la restricción del paso de vehículos en fin de semana, toda vez que la mayoría de las ciudades no cuenta con una infraestructura adecuada para circular regularmente en bicicleta de manera segura, a menos que sea en áreas muy específicas de las mismas.

Tenemos por ejemplo programas que convierten las principales arterias viales en ciclovías los domingos, como es el caso de Tlaquepaque en la Zona Metropolitana de Guadalajara o en Paseo de la Reforma, Ciudad de México. En estas ciudades, la idea del paseo recreativo se enriquece con conciertos y exposiciones de arte al aire libre, que complementan una política pública de activación física y cuidado del medio ambiente. En estos casos se tiene también contemplado el “Paseo a ciegas” para invidentes y débiles visuales en bicicleta tandem, lo que nos habla también de una accesibilidad de la ciudad y sus actividades. Se cuenta también con servicio de urgencias médicas, instalaciones sanitarias, e incluso servicio mecánico para los ciclistas que participan de esta forma de recreación.

Ante el fenómeno global del cambio climático, cualquier esfuerzo que reduzca la cantidad de emisiones a la atmósfera es benéfico. Existen diversas organizaciones que fomentan actitudes urbanas de sustentabilidad, la activación física y la convivencia social en las ciudades, lo cual es sintomático de una conciencia a revertir años de planeación de estas últimas en función del vehículo privado, así como del progresivo incremento de una cultura de la movilidad.

En San Luis Potosí, el programa denominado Ciclovía Dominical, tiene lugar a lo largo de la Avenida Venustiano Carranza, en un circuito que abarca desde la calle Fray José de Arlegui, hasta la Plaza de Armas. Este evento se efectúa todos los domingos de 8:00 a 12:00, a partir del 11 de Julio de 2010, estimando un total de 600 participantes el primer día, pero con un número creciente de participantes, que cada vez más temprano se benefician con un promedio de 100 préstamos de bicicleta por fin de semana, además de todos los participantes que asisten con sus propias unidades, o bien a pié o en patines, a realizar este paseo matutino, lo cual le confiere un ambiente festivo y cordial a esta zona de la ciudad, sin que la lluvia desanime a los paseantes.

El programa Ciclovía Dominical es coordinado por el H. Ayuntamiento de San Luis Potosí, a través de la Dirección General de Desarrollo Social, la Dirección de Desarrollo Comunitario, y la Sub Dirección de Deporte Municipal. Esperemos que pronto este programa se vea replicado en otras zonas de la ciudad, y complementado con eventos simultáneos que hagan posible lecturas alternativas de nuestro entorno a través del arte, la música, el paisaje y la convivencia.

Si no ha participado de este evento, no se pierda la oportunidad de hacerlo, mientras uno circula en bicicleta por una avenida sin coches, sintiendo la frescura de las mañanas dominicales en la cara, escuchando con audífonos su música predilecta o disfrutando de un paseo en silencio, no puede evitar imaginarse como sería si la calle fuera exclusiva para la circulación de automóviles durante cuatro horas a la semana, dejando el resto del tiempo para el disfrute de peatones, patinadores y ciclistas.

Referencias.
ITESO (2001) Movilidad: una visión estratégica en la zona metropolitana de Guadalajara. Centro Estatal de Investigación de la Vialidad y el Transporte, Jalisco, 139 p.
Zaid, Gabriel (1996) Como leer en bicicleta. Océano, México, D.F., 253 p.
www.muevetextuciudad.org
www.sanluis.gob.mx

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