por Victor Manuel Gutiérrez
Sánchez
La horticultura urbana, se ha venido desarrollando a nivel
mundial, como una alternativa viable ante la urbanización exponencial y la alta densidad
poblacional y constructiva. En algunos lugares representa no sólo una atractiva forma de educación ambiental, sino un importante esfuerzo
por recuperar áreas productivas y
recreativas vinculadas a la naturaleza, además de acercarnos al paradigma del desarrollo sustentable.
Estos espacios de agricultura a pequeña escala, buscan “cultivar
conocimiento”, al transmitir a
un público amplio, pero
sobre todo a niños y jóvenes, las habilidades para cultivar, con
la intención de formar en las
futuras generaciones, la cultura de preparar y elegir una alimentación saludable y sustentable,“de la granja a la mesa”, al acercar las manos a la jardinería y a la cocina, para crear hábitos de consumo y avanzar un paso hacia
la autosuficiencia alimentaria.
A nivel internacional existen interesantes casos, como The
Edible Schoolyard, que funciona desde 2010 en Brooklyn, N.Y., a iniciativa
de Alice Water, una restauradora y pionera de la alimentación orgánica, preocupada por la gran cantidad de comunidades que cuentan
con acceso muy limitado a frutas y verduras frescas. Además, en su entorno, al igual que en muchos
otros, las familias de bajos ingresos carecen del tiempo y los recursos para
alimentarse sanamente, por lo que recurren a comida barata y procesada.
Lo anterior, sabemos, lleva a problemas de desnutrición y obesidad, es decir, a niños con expectativas de vida más cortas que la generación de sus padres, por lo que resulta
primordial enseñar a los niños y jóvenes la conexión
entre alimentación, salud y medio
ambiente. Esta organización
promueve una educación
“de la semilla a la
mesa”, y tiene entre sus
prioridades estratégicas: el
desarrollo profesional, el fortalecimiento de una red de escuelas, la difusión de lecciones demostrativas, así como la búsqueda permanente del financiamiento e
impacto positivo.
También
en Estados Unidos, pero en San Francisco, Cal., cabe destacar la iniciativa de
la mexicana Patricia Algara, consultora y académica en la Universidad de
Berkeley, con interesantes proyectos de Foodscaping,
como ella llama al arte de combinar la arquitectura del paisaje con la
agricultura, entre otros The Algarden
Demonstration Urban Farm, que sirve como base de operaciones para la
enseñanza de la permacultura, desde 2008.
Otro buen ejemplo, es el reciclaje urbano emprendido en Union
Street Urban Orchard, emprendido por la arquitecta paisajista Heather Ring,
logrando una extraordinaria transformación de un espacio en desuso, en el barrio de Bankside, en Londres,
para convertirlo en un jardín
público. Abierto
desde 2010, con motivo del London Festival of Architecture, es sede
permanente de talleres y discusiones sobre agricultura urbana, biodiversidad y
alimentación, promovido por The
Architecture Foundation, y financiado por Bankside Open Space Trust,
pero mantenido principalmente como un centro cultural vivo y dinámico gracias al voluntariado.
A nivel nacional, podemos mencionar a Huerto Romita, en la Ciudad
de México, colectivo que
se denomina como un grupo de asesores en agricultura y permacultura urbana,
dedicados a enseñar técnicas agro ecológicas para la producción de alimentos sanos y locales, en pequeña y mediana escala. Dirigido por Aida,
coordinado por Marcela e Iván,
y con un creciente grupo de colaboradores, este sirve como espacio para la
implementación del Programa de
Educación y Cultura
Ambiental (PECA), y la Fundación
A Cada Uno, teniendo como premisa #CompartirCreandoComunidad es sede de prácticos talleres como “El huerto en 1 m2”, así
como otros sobre compostas, hierbas aromáticas, flores comestibles y germinados
caseros.
Pero para conocer un espacio de este tipo no hay que ir tan lejos,
ya que en la Universidad Autónoma
de San Luis Potosí, se cuenta con un
ilustrativo programa universitario, denominado Unihuerto Urbano UASLP, con importantes avances y ambiciosos
proyectos, en los cuales toda la ciudadanía puede aprender y colaborar.
Gracias al impulso de sus fundadores, el Dr. Marcos Algara Siller,
profesor investigador de la Facultad de Ingeniería, el Dr. Gerardo Arista González, Investigador de la Facultad del Hábitat, así como el D.I. Dante Jiménez
Castillo, de la División
de Servicios Estudiantiles, el proyecto ha crecido de manera continua y al
equipo se han sumado valiosos elementos como el MC. Zoé Arturo Guadiana
Alvarado, además de otros
especialistas y un creciente grupo de entusiastas estudiantes de diversas
facultades de la UASLP, que portan con orgullo el chaleco de Unihuerto UASLP,
dedicando su trabajo a promover y mantener el huerto.
Unihuerto Urbano, es un proyecto multidisciplinario de Casa Viva,
Laboratorio de Mitigación
y Adaptación al Cambio Climático (LaMACC) de la UASLP, que tiene como
misión estimular la
producción local de
alimentos, mediante la gestión,
diseño, construcción y mantenimiento de huertos urbanos
dentro de los campus universitarios. Su visión a futuro es posicionar al Unihuerto como un ejemplo de éxito en materia de agricultura urbana, y desarrollar proyectos
aplicables en otros campus
Este proyecto, comenzó desde 2011, en un espacio entre edificios de la Facultad de
Ingeniería, donde los
especialistas comenzaron a compartir sus conocimientos sobre diversas técnicas de agricultura urbana, tales como
compostaje, manejo de residuos, cultivo, acuaponia, sucesión de cultivos, camas de cultivos, prácticas de siembra, germinación y trasplante. La iniciativa adquirió un importante
impulso al formalizarse mediante convenio firmado por el Rector de la UASLP, el
Arq. Manuel Fermín Villar Rubio, y
los directores de las Facultades de Ingeniería, M.I. Jorge Alberto Pérez
González, y del Hábitat, Dr. Anuar Abraham Kasis Ariceaga,
en 2013.
En 2015 se inauguró y abrió al
público el Unitecho
Vivo, gestionado por Unihuerto Urbano y patrocinado por Cummins, en una
superficie 500 m2 cubierto con una estructura de madera y una agradable
disposición del espacio. El
huerto al aire libre constituye un jardín estacional, donde se enseñan los ciclos de cultivo a quien se acerque y lo solicite, y se
empieza a posicionar como un atractivo espacio para la capacitación de estudiantes, promoción de la polinización, además de que ya se empieza a observar como mejora en la temperatura
interior en edificios que albergan el techo verde, con beneficios como la
captación de agua de lluvia
y de CO2, así como
de partículas suspendidas.
Este año también, el equipo de Unihuerto, en colaboración con el Taller 8 Iconoclasta “Ernestina de la Maza”,
de la Facultad del Hábitat, comenzaron a
trabajar en un nuevo proyecto, con el patrocinio de Cummins, para replicar su
experiencia en la comunidad de La Pila, diseñando comunitariamente un nuevo espacio para la producción hortícola.
Mediante la asesoría
experta y el entusiasmo de los estudiantes, estos espacios puede seguir
creciendo como un lugar ideal para pláticas, conferencias, talleres y cursos, además de actividades culturales, encaminados
a promover la agricultura urbana, a través de temas relacionados con la seguridad alimentaria, el cambio
climático, prácticas alimenticias saludables y hábitos de consumo responsables, una labor
no sólo importante, sino
inaplazable.
fuentes de información
www.facebook.com/pages/Unihuerto-Urbano-UASLP
No hay comentarios:
Publicar un comentario