viernes, 8 de enero de 2016

La Responsabilidad del Arquitecto ante la Sociedad

Por Victor Manuel Gutiérrez Sánchez

“En la arquitectura se refleja el hombre, material y espiritualmente”.
Germán Samper

El próximo mes de febrero 2016 se celebrará la VI Bienal Regional “Francisco Eduardo Tresguerras”, en la ciudad de San Luis Potosí, S.L.P., congregando a los integrantes de la Región II de la Federación de Colegios de Arquitectos de la República Mexicana. Se trata de un evento de convocatoria regional con el tema “La responsabilidad del arquitecto ante la sociedad”, con el cual se pretende presentar y difundir las obras arquitectónicas representativas de esta postura en la región, así como hacer público el reconocimiento a la calidad profesional, y promover la reflexión en torno al diseño, empleo de sistemas constructivos sustentables y uso de materiales regionales.
Si la arquitectura es reflejo de la humanidad, es precisamente por la complejidad de fuerzas que actúan en ella, ya que la arquitectura está siempre inserta en un contexto de preexistencias de todo tipo: culturales, económicas, políticas, ambientales y, por supuesto, sociales.
En el entendido de que la práctica profesional del arquitecto debe servir a la sociedad, ésta se constituye como un bien social, ya que es su función primordial el satisfacer las necesidades humanas de habitación. Ante este compromiso, el Colegio de Arquitectos de San Luis Potosí, A.C., propone una serie de eventos que tienen la función de motivar la reflexión en torno a la práctica profesional del arquitecto, desde la perspectiva de su responsabilidad ante la sociedad, desde los diversos campos de acción que le competen: el diseño y la gestión de proyectos, la práctica constructiva, y la investigación y docencia.
La responsabilidad social del arquitecto, es también el tema de la más importante Bienal arquitectura a nivel internacional, la de Venecia 2016, en esta ocasión bajo la dirección del arquitecto chileno Alejandro Aravena, cuya curaduría “pretende reaccionar una vez más frente a la brecha entre la arquitectura y la sociedad civil”, lo cual reafirma la pertinencia de discutir este tema en nuestro ámbito local.
Esta discusión pudiera parecer obvia, pero ante la evidencia de muchos casos a nivel internacional, nacional y local, se nos presenta no solo como importante, sino inaplazable. Con ello se puede evitar una crisis existencial como las que se han vivido históricamente, cuando se ha presentado un distanciamiento entre el productor y el usuario del objeto arquitectónico.
A diferencia de otros profesionistas, los arquitectos ponen su obra “en la calle”, es decir, expuesta al público, que la habita y a quien le es cómoda o incómoda, conveniente o inconveniente, y es por ello que la responsabilidad social es inseparable de la práctica profesional del arquitecto. Recordemos que en la arquitectura se manifiesta lo lógico y lo ilógico, el despilfarro y la moderación, y por tanto el arquitecto debe operar siempre con racionalidad y conciencia social. Recordemos el valor social de la arquitectura, que para José Villagrán, surgía del programa, y que en complemento con otros valores como la utilidad, la lógica y la estética, conforman los pilares fundamenta la arquitectura.
Esta reflexión también nos invita a reconocer que la arquitectura es una profesión de servicio, y que el arquitecto no debe asumirse sólo al servicio del poder económico y político, sometido a la ley de la oferta y la demanda, ya que hay sectores de la sociedad que demandan su atención. Recordemos también que, descuidando un requerimiento o sector de la sociedad, el arquitecto pierde campo de trabajo, en una época en que el ejercicio profesional es un privilegio.
Ante un contexto complejo, dinámico y cambiante, en el que los desafíos profesionales son multidisciplinarios y transversales, advertimos muchas veces que, en los procesos de transformación de nuestras ciudades, el recurso más escaso no es el dinero, sino la coordinación y la participación, y el arquitecto cada vez más tiene que volverse el facilitador de dichos procesos para materializar sus ideas.
La arquitectura de nuestro país y nuestra región tendrá éxito en la medida en que se compenetre con su tiempo y con la sociedad a la cual sirve, y esto implica que el arquitecto asuma como profesionista una responsabilidad de carácter ambiental, económica, política y social. Implica, entre otras cosas, participar de las discusiones que son públicas, que tienen que ver con el bien común, como las que se discuten en esta bienal regional de arquitectura.
Esta responsabilidad implica, además de un hacer arquitectónico comprometido y ético, dedicar una parte de nuestra labor a la actividad gremial, y en algunos casos también, a la investigación y la docencia, para crear en nuestra región una mayor cultura arquitectónica, que devendrá sin duda en una sociedad informada y exigente, pero también en más y mejores comisiones de trabajo. A final de cuentas, este evento no es mas que un llamado a la vocación última del arquitecto: el bienestar de sus semejantes.

Victor Manuel Gutiérrez Sánchez
Vicepresidente de la Mesa Directiva 2014-2016
Colegio de Arquitectos de San Luis Potosí, A.C.

fotografía de Sofía Escudero.



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