“Barrios Temáticos: Zonas de Desarrollo Económico y Social (ZODES)”
Por Victor Manuel Gutiérrez
Sánchez*
El 20 de marzo del presente
año, estuvieron en nuestro país los líderes del prestigiado despacho Herzog
& De Meuron, ofreciendo una conferencia acerca de sus proyectos más
recientes, uno de los cuales se ubica en nuestro país, un centro cultural para
la ciudad de Guadalajara, en proceso de construcción. Pero el contexto de esta
visita, se engloba en un proyecto más amplio y ambicioso, o con mayor
precisión, una serie de proyectos que integran lo que ellos denominan “una
auténtica renovación del espacio urbano en la ciudad de México”.
La estrategia tiene como
base lo que se denomina ZODES, esto es, Zonas de Desarrollo Económico y Social,
y consiste en la creación de barrios temáticos del Siglo XXI, pero involucrando
tradición e historia, que atienden a un nuevo modelo de desarrollo urbano. En
este concepto, cada barrio ligado a un aspecto del desarrollo:
1.
Tecnología
2.
Salud
3.
Cultura
4.
Ecología
5.
Gobernabilidad
La conformación de
estas zonas incluye la integración de zonas públicas vocacionales, en
convivencia con zonas de habitabilidad y servicios, y una zona de transición,
articuladas por el espacio público y sistemas públicos de movilidad, cuyas
vocaciones potencien un efecto multiplicador en un área de incidencia mayor.
Se apuesta por propiciar
acercamientos, por lo que parte de la premisa de no construir fuera de la
ciudad, sino aprovechar las áreas existentes, en un proceso de reciclaje
inmobiliario, que propicia crecimiento intraurbano. Este crecimiento debe de
contemplar una integración armónica de usos de suelo compatibles y
complementarios, con la intención de evitar la monofuncionalidad, que genera
inseguridad y deterioro inmobiliario.
Esta estrategia
implementada por el Gobierno de la Ciudad de México, a través de una empresa de
gobierno denominada Calidad de Vida, Progreso y desarrollo para la Ciudad de
México, S.A. de C.V. cuenta con un tope financiero de $1,500 mdp para cada uno
de los proyectos modélicos con los que arranca esta iniciativa, a partir de
áreas de implementación que oscilan entre las 15 y las 16 hectáreas, en las
cuales se establecen áreas de influencia directa, denominadas Zonas de Vida, y
otra de zonas de influencia indirecta o consecuente, a las que llaman Zonas de
Transición. Sumado a lo anterior. Se destina una serie de recursos adicionales
para urbanización de Territorios Ancla, con lo que se busca “Compactar la vida,
hacerla más sencilla, crear acercamientos y traer satisfactores sociales a un
espacio para que no sea sólo un lugar de trabajo, sino también de cultura, de
recreación, de vida .“ según palabras del propio Pierre de Meuron.
Este esquema requiere de un
Comité Cuatrimotor integrado por Gobierno, ciudadanía, Academia y empresas, en
un modelo de coparticipación en el que
el papel de la arquitectura es clave para lograr cohesión social o insertarse
en políticas de prevención, según de Meuron, “Esto no ayudará a que la
violencia desaparezca, pero si a que la sociedad civil se fortalezca, en lugar
de crear arquitectura hermética y excluyente”, por lo que los ganadores del
Premio Pritzker apuestan por generar, por medio de la arquitectura y la
planeación del espacio urbano, las condiciones para incrementar la calidad de
vida, generando progreso y desarrollo para la ciudad.
Este ambicioso plan es congruente
con una tendencia mundial integradora de la visión gubernamental con la
iniciativa privada, en la que ninguna excluye a la otra, y ambas aprenden de
las buenas prácticas de la otra, sin desconocer las diferencias fundamentales
que les dan origen, y tiene como misión la identificación, concertación y
desarrollo de proyectos bajo asociaciones estratégicas para el desarrollo
económico y social de la Ciudad de México.
Sus objetivos consisten en
desarrollar proyectos estratégicos que incidan de manera decisiva en el
crecimiento económico, social y urbano de la ciudad. Con ellos se busca promover
la competitividad y elevar el valor del patrimonio e infraestructura pública de
la ciudad, lo que busca aportar una nueva visión del desarrollo financiero de
la Ciudad de México. En el escenario de las posibles asociaciones estratégicas
se requiere de un modelo económico participativo e innovador que promueva el desarrollo
integral y sustentable de la ciudad. Este es el principio del modelo del Barrio
Temático, también conocido como ZODES, o zona temática.
Con ello se busca, por
medio de la planeación del espacio urbano, evitar la especulación, por medio de
la definición organizada y metódica de usos de suelo, densidad y servicios.
Este nuevo modelo financiero basado en los ejes del desarrollo, busca responder
a las demandas ciudadanas frente a los retos del desarrollo, reconociendo como
condicionantes las dinámicas sociales, procesos de movilidad urbana y cambios
demográficos, para generar una propuesta que se traduzca eficientemente en el
detonador de bienestar integral con equidad para toda la sociedad. Por medio de
proyectos de asociaciones estratégicas, se busca cambiar el paradigma
gubernamental de ciudad recaudadora a ciudad generadora, detonando el desarrollo
industrial para el mercado interno y la exportación.
Dentro de este esquema de desarrollo
urbano y de servicios para una ciudad compacta, se privilegia la inversión
inmobiliaria y comercial, los servicios financieros, las comunicaciones, el entretenimiento
y la seguridad. Aunado a ello debe evidenciarse una importante mejora del medio
ambiente y de los servicios básicos, así como la neoterciarización del espacio
por medio del desarrollo de una economía del conocimiento, esto es, una sensorización
de los recursos, que propicie una toma de decisiones en tiempo real, y de
procesos informados de participación colaborativa.
El objetivo general de este
modelo consiste en evolucionar de un modelo recaudador a un modelo generador de
riqueza, a través de asociaciones estratégicas para el desarrollo económico y
social de la Ciudad de México a través de un crecimiento sostenido y
sustentable, lo cual se pretende lograr a través de diversas estrategias de
actuación, tales como la creación de una ventanilla de proyectos y asociaciones
estratégicas (convocatoria, asistencia, asociación estratégica), y un programa
de incorporación temporal de bienes para el desarrollo de la ciudad, en esta
primera etapa. Con ello se establecen los ejes de operación: recepción,
análisis, autorización, evaluación, registro y ejecución, que buscan obtener
como resultado el potenciamiento financiero de los activos y flujo de los
recursos del gobierno de la ciudad.
De lo anterior deriva la
importancia que tiene para el proceso la obtención de un Plan Maestro de
Integración, con la guía de expertos que lo orienten hacia un nuevo modelo
financiero, y en donde las políticas de planeación del espacio se encuentren alineadas
a usos de suelo con vocaciones productivas específicas y una movilidad. Con
ello se busca desarrollar una inteligencia financiera para el desarrollo
social, económico y urbano de la ciudad de México, incentivando las acciones
capaces de transformar los factores productivos e incentivar la inversión
nacional y extranjera, incrementando así la calidad de vida con base en
motivadores sociales, por medio de un urbanismo sensible a las necesidades
sociales, las comunidades de vida
temática que generen la ciudad compacta, integrada tejidos urbanos coherentes.
A través de la pregunta
detonante ¿Quién queremos que habite y como atraerlo y crearlo? Se pretende
pasar a una estrategia de sub centros que pase de códigos postales a
comunidades temáticas, entendidas estas como Zona de Vida, esto es, una cadena
de motivadores sociales, como vivienda, transporte, servicios urbanos, espacios
públicos, oferta educativa, cultura y vida social, para incrementar
visiblemente la calidad de vida y desarrollo integral del ciudadano.
Complementariamente, se encuentran las Zona de Transición, donde se busca, a
partir de comprender la vocación económica de cada lugar, propiciar la formación
de capital humano y vida en comunidad basada en afinidades.
La creación de proyectos
arquitectónicos con esta visión es la piedra de toque para el logro de los
objetivos, partiendo de que la vida interior provoca diálogo y movilidad
inteligente con el exterior, en el modelo del barrio temático, se busca por
medio de la creación de espacios, ampliar y elevar la calidad de vida y
prosperidad individual y zonal, contribuyendo con ello a elevar el valor del
patrimonio público. Por medio de experiencias previas, sabemos del potencial
arquitectónico para generar y posicionar a la ciudad como una marca global por
sus logros y desarrollo local, por lo que este modelo pretende apoyarse en el
sector académico, generando “laboratorios de creatividad” con estudiantes, con
el objetivo de apoyar a las dependencias y entidades de la administración
pública del Distrito Federal en el desarrollo y ejecución de proyectos
estratégicos para el crecimiento de la ciudad.
foto Victor M. Gutiérrez: Proyecto Parque Lineal, de Ignacio Mondragón, Universidad Mesoamericana Plantel San Juan.
*Arquitecto y Urbanista,
twitter @intersticio74
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