Por Victor Manuel Gutiérrez Sánchez*
En tiempos recientes, hemos podido constatar, no sin cierto malestar, un incremento en la demolición sistemática de fincas que formaron parte del devenir histórico arquitectónico de nuestra ciudad. Para muchos eran simplemente agradables construcciones que formaban parte de la cotidianidad del paisaje, referencias visuales que acompañaron nuestro ir y venir en automóvil, caminando, en bicicleta o en transporte público. Para otros, desgraciadamente muy pocos, esas construcciones constituían además, evidencias del paso de la Modernidad por esta entidad, y por lo tanto, una parte importante del patrimonio cultural construido.
El Movimiento Moderno consistió un importante impulso a la arquitectura, el urbanismo y el diseño, durante la primera mitad del siglo pasado. Según algunos autores, esta vanguardia tuvo factores propiciatorios de tipo culturales, tecnológicos y territoriales (Frampton, ). En lo personal, sostengo que ninguna otra corriente en la historia de la arquitectura fue tan revolucionaria como el Movimiento Moderno, ya que sus planteamientos cambiaron radicalmente la manera de pensar, enseñar, concebir y construir la arquitectura, en un tiempo relativamente corto si se le compara con períodos anteriores del devenir arquitectónico.
Se trata de una etapa tan fundamental para entender el aquí y el ahora, que podemos afirmar que todos los nuevos lenguajes arquitectónicos de la actualidad están referidos al Movimiento Moderno, ya sea que se opongan a éste (posmoderno), que consideren que no ha terminado (neo moderno) o que simplemente busquen reinventarlo (tardomoderno), pero todo se refiere a aquel. Es más, es común todavía utilizar el adjetivo “moderno” para referirse a una construcción vanguardista y novedosa, a pesar de que lo moderno, en rigor histórico, se construyó hace casi cien años.
El Movimiento Moderno o la Modernidad, tuvo en su paso por nuestro país a importantes representantes, llegando a contar a mediados del siglo XX con una importante Escuela de Arquitectura Moderna Mexicana, con representantes tan ejemplares como José Villagrán o Juan O’Gorman, y con obras de altísima calidad como Ciudad Universitaria UNAM, declarada Patrimonio Cultural de la Humanidad por la UNESCO en 2007, por ser un importante testigo del paso de la Modernidad por nuestro país.
San Luis Potosí también jugó un papel importante en la consolidación de esa arquitectura moderna mexicana, y sin duda el protagonista de esa etapa, fue el Arq. Francisco Javier Cossío Lagarde, el pionero de la práctica arquitectónica en nuestra entidad y un incansable promotor de una arquitectura caracterizada por su funcionalidad, mesura y estética.
Bueno, pues muchas de esas obras que se han estado eliminando del paisaje urbano potosino, son precisamente obras de este importante autor, o en su defecto, obras de sus contemporáneos influenciadas por su refinado lenguaje constructivo.
Desde hace algunos años, una cadena de tiendas de conveniencia, paradójicamente emprendió la destrucción sistemática e inconveniente de obras modernas en nuestra ciudad. La voracidad comercial ha ultrajado, modificado ridículamente, o de plano desaparecido estos vestigios de que San Luis aportó importantes obras arquitectónicas a la modernidad mexicana.
Aprovechando los vacíos legales que no protegen al patrimonio construido en el siglo XX y la inoperancia de las autoridades que deberían salvaguardar esta herencia, los propietarios de las fincas las desaparecen para emprender nuevos y más rentables negocios. Este derecho a obtener el mayor beneficio de la propiedad privada es indiscutible e inalienable, pero hay ejemplos de que conservar la memoria edilicia de un lugar, dando nuevos usos al espacio, puede ser igual o más rentable que negarla.
Considero que lo menos que podemos hacer es dar a conocer el valor de este patrimonio cultural construido, antes de que se siga borrando de nuestro entorno, toda vez que una sociedad informada es una sociedad que valora su patrimonio, que exige espacios urbanos y arquitectónicos de calidad, y que al menos protesta, cuando se reduce a escombros su memoria.
Referencias
Framtpon, Kenneth (2004 ) Historia Crítica de la Arquitectura Moderna. Gustavo Gili, Barcelona.
Gutiérrez Sánchez, Victor Manuel (2007 )”El Legado de Francisco Javier Cossío Lagarde a la Arquitectura Moderna Potosina” publicado en la sección de arquitectura de El Sonido 13 y en la revista Arquitec. http://elsonido13.com/artes-arquitectura-detalle.asp?id=651
*El autor es arquitecto, catedrático y maestro en asuntos políticos y políticas públicas. Correo electrónico: intersticio74@hotmail.com
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